La damajuana era un elemento tradicional en la vida del siglo pasado. Se trata de una garrafa de vidrio con forma esférica que sirve para almacenar líquidos. Podía tener diferente tamaño con una capacidad que podía variar entre 5 y 40 litros, o incluso más.
Antiguamente, se destinaba para trasladar y almacenar vino y licores o agua. Siempre iban forradas de mimbre o esparto y con asas para poder moverlas con facilidad.
Pero lo realmente curioso de este elemento es el origen de su nombre. Se cuenta como anécdota que en el siglo XVI la reina Juana I de Nápoles, tras refugiarse de una tormenta en el taller de un vidriero en la aldea de Grasse se interesó por el proceso de fabricación de unas botellas. El artista quedó maravillado del interés mostrado, tanto que el maestro decidió inflar una de enormes proporciones, quizás para lucirse ante la soberana. El resultado fue este recipiente que acabó llamándose “dame Jeanne” o "damajuana".
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